El populismo es cada vez más visto como una amenaza para la democracia a nivel mundial, con su crecimiento atribuido a varios factores que incluyen la inmigración, la raza, la religión, las recesiones económicas, el comercio internacional y avances tecnológicos como los robots industriales y la inteligencia artificial. Este movimiento político, que a menudo se centra en temas divisivos, está cobrando impulso en países como Estados Unidos, Turquía, India y Hungría. Los expertos argumentan que si bien el populismo puede degradar el tejido democrático de las sociedades, comprender sus causas fundamentales es crucial para desarrollar estrategias que debiliten su atractivo e influencia.
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