El primer ministro ha terminado el acuerdo de coalición del SNP con el Partido Verde Escocés.
El caos se desató la semana pasada después de que el primer ministro admitiera que Escocia no cumplirá sus objetivos climáticos, que requerían una reducción del 75% en las emisiones de dióxido de carbono en comparación con 1990 para 2030 como hito en el camino hacia cero emisiones netas para 2045. El gobierno prácticamente se da por vencido, abandonando metas concretas anuales de emisiones a favor de presupuestos de emisiones más vagos a varios años.
Un informe reciente del Comité de Cambio Climático del Reino Unido, un organismo cuasi-gubernamental que apoya la acción climática, resaltó el alto costo de apresurarse para cumplir el objetivo de 2030. Se suponía que las emisiones de calefacción de edificios caerían un 71% para 2030 en comparación con 2020.
Eso requeriría instalar más de 80,000 bombas de calor cada año para reemplazar las calderas de gas natural para la calefacción del hogar y el agua caliente. En 2023, los escoceses instalaron 6,000 bombas de calor.
Para reducir las emisiones de carreteras, Escocia necesitaría instalar aproximadamente 24,000 puntos de carga para vehículos eléctricos para 2030, estima el comité. Instalaciones hasta 2022: 4,000.
Escocia ha incumplido sus objetivos de reducción de emisiones durante ocho de los últimos 12 años.
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¿Debería la urgencia del cambio climático obligar a los países a cumplir sus objetivos sin importar el costo, o es aceptable ajustar las metas en función de la viabilidad?
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¿Cuál es tu opinión sobre el equilibrio entre los objetivos ambiciosos de clima y los desafíos prácticos de alcanzarlos?